martes, 8 de septiembre de 2009

Sem Rubio

Por ahora, aquí en Niépce estamos de lo más arty. Está claro que nos gustan las sensaciones extremas y la vanguardia. Y eso está muy bien, por supuesto, pero ahora os propongo a un artista que viene de un campo mucho más mundano de lo expuesto hasta el momento: el skateboarding.



He descubierto a Sem Rubio, un fotógrafo barcelonés del mundo del patín, por una entrevista que le ha hecho Maru Sánchez en el nuevo número de mi revista, CLONE magazine, que ahora andará por las calles sevillanas a disposición de quien la quiera encontrar.







De Sem Rubio me ha sorprendido su maestría en el uso del blanco y negro, y también una visión que trasciende la mera exposición de los trucos de los patinadores, algo que ya en sí requiere técnica y conocimiento, pero que no trascendería al mundo del arte. En definitiva, creo que es un fotógrafo refrescante...



¡Disfrutadlo!

sábado, 22 de agosto de 2009

Sebastiao Salgado

"Todo mi trabajo está relacionado como si fueran distintos capítulos de una misma historia: mis fotografías de los campesinos latinoamericanos que luchan por la supervivencia; las fotografías del Sahel; las de los refugiados y poblaciones desplazadas; las de trabajadores... son todas sobre seres humanos que luchan por su dignidad e intentan vivir mejor juntos. Intento ser coherente con este pequeño momento que me toca vivir en el planeta y, a la postre, mis fotografías son mi forma de vida."

Nació en Brasil en 1944. En la actualidad reside en París. Economista por formación, Salgado inició su carrera como fotógrafo profesional en París a la edad de 29 años, primero con la agencia fotográfica Sygma y más tarde, en 1979, con Magnum Photos, que abandonaría en 1994 tras crear, con Lélia Wanick, Amazonas Images, una agencia que se ocupa exclusivamente de su trabajo.

Sus varios años de trabajo en América Latina fueron reunidos y condensados en una exposición y un libro, Other Americas, editado en 1986. Su labor en las zonas de hambre y sequía del Sahel en cooperación con la organización humanitaria francesa Médecins sans Frontières se plasmó en varias exposiciones y dos libros.

Desde 1986 y durante un periodo de 6 años, Salgado se entregó de lleno a un ambicioso proyecto: registrar la imagen del hombre dentro del mundo del trabajo en tiempos de transición. El proyecto se materializó en un volumen titulado Workers que fue publicado en 1993 en siete lenguas y en una exposición itinerante internacional.



Workers: Parte 1



Workers: Parte 2



Workers: Parte 3



Workers: Parte 4



Workers: Parte 5

Entre 1994 y 1999 Salgado se embarcó en una investigación fotográfica centrada en los movimientos de población en el mundo que se plasmaría en unas series de foto-ensayos que fueron publicados en todo el mundo, en los que Salgado intentaba retratar la visión contemporánea de millones de seres humanos en movimiento, huyendo de guerras, revoluciones, de la opresión política, o de la pobreza de las zonas rurales hacia los barrios de chabolas que crecen en torno a ciudades sometidas a una expansión permanente. La obra se presentó al público en los libros Migrations y Portraits, publicados en 2000 en siete ediciones diferentes y acompañados de sendas exposiciones itinerantes.

Además de los importantes y numerosos galardones fotográficos que Sebastião Salgado ha recibido en reconocimiento a sus logros artísticos, en 2001 fue nombrado Representante Especial de UNICEF.

Actualmente, como parte de un proyecto conjunto con UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), Salgado fotografía la campaña mundial para eliminar la poliomielitis.

Salgado reside con su familia en París, Francia. Su esposa, Lélia Wanick Salgado, dirige la compañía propiedad de ambos, Amazonas Images, y ha diseñado sus principales libros y exposiciones.














martes, 18 de agosto de 2009

Saul Leiter

Hoy necesito mostrar tres cosas que aunque no estén relacionadas entre si, han venido a mi vida en un momento especial. La esencia de las tres muestra la necesidad de soñar y creer que, aunque no sea lo más práctico, es necesario construir un mundo en tu cabeza que te ayude a levantar los pies y conseguir una mirada oblicua desde otro punto de vista, que te haga soñar y descubrir que todavía existe la esperanza de seguir soñando.


La primera de ellas es un poema, me ha calado hondo. No necesita más comentarios:


ESO ERA AMOR

Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.


Ángel González


La segunda cosa que os quería mostrar es una escena de la película "El lado oscuro del corazón", el texto es de Oliverio Girondo y creo que para mi se va a convertir en mi máxima en los tiempos que corren.


Y por último, y para no perder la esencia de este blog, os presento a un autor que con sus fotografías creo que cierra perfectamente el triángulo que he querido formar, viendo su obra, que hasta ahora para mi era desconocida, voy descubriendo poco a poco que Saul vivía en su mundo particular donde cada detalle refleja un instante de su particular visión. Para mi es importante incluir su obra en esta entrada para alabar la capacidad de ciertas personas de construir su propio interior.


Saúl Leiter nacido en Pittsburgh en 1923, hijo de un famoso rabino, el joven Leiter se destina para los estudios de teológica. Él está más interesado en la pintura y se fue a Nueva York en 1946, totalmente incomprendido por su padre que no tiene reconocimiento por la fotografía. "Es probablemente la razón por la que estoy de baja, yo estaba acostumbrado a la desaprobación".


Saúl Leiter hizo la fotografía, la culpable desobediencia, el escuchar de su propia imaginación. Se trata de capturar un profundo sentido, al azar calles, sin pista o documental social, obstinado en su enfoque, prefiriendo su camino en vez de entrar en un molde.


Cerca de expresionismo abstracto en sus fotografías en color, ya hay tentación de la abstracción en sus primeras imágenes en blanco y negro. A menudo se ha asociado a la Escuela de Nueva York . Sin embargo, su relación con el tiempo, la intuición profunda, cuando se abandona al gusto por el desorden, la soledad y la efímera naturaleza de las cosas lo convierten en un verdadero artista, algunos están ansiosos por colocarlo en una corriente.


Se convertirá en un fotógrafo de moda y nunca lo considera como una segunda mejor solución, sino más bien como una extensión de su visión, en armonía con él mismo. Tendrá la oportunidad de viajar a Europa y para prolongar su estancia convierte su fotografía en vagabundeos y un sin fin distinto al transcribirlo visualmente, un profundo sentimiento, un placer para mantener las huellas dactilares.


La poesía de situaciones, la formulación muy cambiada, los detalles son sorprendentes, es necesario verlos durante un rato y descubrir el delicado universo con sorprendente elegancia. "La fotografía es un secreto que habla de un secreto. Parece ser más explícita y menos se nos ha informado ", dijo Diane Arbus, "pero en realidad no es más explícita en las imágenes".


Talento innegable de lo plástico, "No puedo admirar mi trabajo, porque tengo que seguir un poco la admiración por el trabajo de los otros", dice muy orgulloso de su respuesta. Cuando se le preguntó por la calidad de la imagen, la modestia, que es característica del tipo de juego que mantiene quien le formuló la pregunta. Pero esta sinceridad carece de toda ambición le permitió una fotografía pura y separada, sin ninguna repetición o aplicar una receta, ya que es estar presente a sí mismo.


"Con frecuencia, las fotografías están consideradas como instantes de realidad pura; cuando, en verdad, se trata de fragmentos de recuerdos de un mundo inacabado…"





Gracias Agu.

domingo, 16 de agosto de 2009

Cindy Sherman

Cindy Sherman es uno de los nombres más sugerentes y destacados de la fotografía norteamericana actual. Sus cinematográficas imágenes nos transportan a escenarios dominados por la presencia femenina, en los que el misterio abre un surco que no nos permite distinguir entre ficción y realidad. Seriación y cronología son dos de los principales componentes del trabajo de Sherman, cuyo tema recurrente es la imagen contemporánea de la mujer y los estereotipos que habitualmente giran en torno a ella.

Nacida en 1954 en Glan Ridge, New Jersey, comienza a estudia arte en el Buffalo State College de Nueva York entre 1972 y 1976, dedicando una especial atención a la fotografía. Aunque su formación primera como artista fuese en el campo de la pintura, la fotografía atrajo pronto su atención, convirtiéndose con el tiempo en una figura clave en este área por su particular manera de potenciar nuevas posibilidades.

Sherman afirmó alguna vez que sus fotos han de ser consideradas como arte conceptual. Su enfoque conceptual es evidente, entre otras cosas, en la división de su obra en series. Por mucha variedad que tengan esas series, hay temas constantes como el enfrentamiento con la pintura por medio de la fotografía o el interés por la imagen social de la mujer.

Las primeras fotos que hicieron famosa a Cindy Sherman de un modo fulminante, a comienzos de los años ochenta, fueron sus Film Stills. Esos autorretratos en blanco y negro muestran a la artista en diferentes situaciones que, formal y materialmente, recuerdan fotos fijas de filmes de los años cincuenta y sesenta. Después, Sherman ya sólo hizo fotografías en color.


El hecho de que Sherman utilice su propio cuerpo como vehículo para introducir diferentes personajes, inventar roles e interpretarlos, y de que combine su faceta de modelo con la de directora de cine, abre además un amplio abanico de opciones creativas que de cara al espectador, se traducen en que los límites se desdibujan y se amplían: la idea de posar se confunde con la de mirar, el objeto con el sujeto.


Por largo tiempo trabajó sobre su propio autorretrato en mil posturas diferentes, adoptando otras tantas identidades. Con este artificio planteaba la relación entre hombres y mujeres: cómo ve el hombre a la mujer y cómo se ve la mujer a sí misma.

Para formalizar estas mutaciones se ‘apropió’ –usando disfraces y prótesis- de la secretaria de la bibliotecaria, de la mujer objeto y de la niña inocente. También utilizó los estereotipos de la televisión de los años cincuenta, de los avisos comerciales y de los filmes de horror; se convirtió en los personajes de muchos cuadros famosos –generalmente retratos- de grandes pintores como Holbein, Giulio Romano, Watteau, Goya, Caravaggio y Raffaelo Sanzio (History Portraits, 1988-1990).






















































Una serie de gran importancia para su obra fue la que, en 1981, hizo por encargo de la revista de arte neoyorquina “Artforum”. Estas fotos –que se imprimieron a doble página, en un formato muy apaisado, acorde con las dimensiones de la revista- muestran a la artista frecuentemente tumbada con un rostro inexpresivo.


A lo largo de su carrera, desde “Fairy Tales”(1985), hasta “Disasters” (desde 1986), Sherman ha ido modificando sus autorretratos cada vez más, las protestas que ya utilizó en History Portraits han llegado a convertirse en protagonistas en “Sex Pictures” (1992).






Del mismo modo que sucederá más tarde en sus Horror Pictures (desde 1994), ya en sus obras desaparece completamente el cuerpo de la artista; sólo volverá a aparecer aisladamente in persona en algunas de sus tardías Mask Pictures (a partir de 1995). Sherman ha unido el tratamiento de la situación social de la mujer y los aspectos de la historia del cine, en su proyecto más ambicioso hasta la fecha: la película de horror La asesina de la oficina, en 1997.

Irónica casi siempre y grotesca en muchas ocasiones, Sherman maneja con una soltura digna de admiración iconos y códigos visuales aprendidos de la publicidad, el cine, la historia del arte y, sobre todo, del papel cliché de la mujer de hoy en día, con cuya piel se ha vestido en tantas ocasiones.

jueves, 13 de agosto de 2009

Lewis Carroll

Lewis Carroll es el seudónimo por el que es conocido en la historia de la literatura Charles Lutwidge Dodgson (27 de enero de 1832 - 14 de enero de 1898, Reino Unido).

Al leer este nombre podréis pensar que me he equivocado y he mezclado la fotografía con la literatura. Sabemos que Lewis Carroll fue el creador de Alicia en el País de las Maravillas y que fue su máxima obra. Lo que muchos ignorábamos es el variopinto desempeño que tuvo Lewis en las artes y que en la fotografía su aporte fue de gran valor. Sólo hubo una piedra en su camino, el tema favorito de Lewis.


Porque mientras el pictorialismo hablaba de las imágenes fotográficas como objetos artísticos únicos y los retratistas llenaban sus bolsillos con las carte-de-visite, Lewis Carroll, nacido en el seno de una familia inglesa de clase media alborotaba al mundo fotográfico con las imágenes de sus niñas.

Las niñas de Lewis Carroll eran sus musas. De 4 a 12 años, edad en la que decía mantenían su espíritu vigoroso e inocente, eran en su mayoría, hijas de sus amigos o alumnas del colegio en el que impartía clases de matemática.

Su fotografía era de encuadres y discursos limitados, tomas generales de niñas en estado de reposo, disfrazadas de bailarinas orientales o ejecutando algún instrumento pero siempre con una brillante mirada, profunda. En varias de estas imágenes y en la relación que mantuvo Carroll con ellas, se basó Vladimir Nabokov para recrear a su nínfula Lolita, alentando las habladurías que sobre la obra y vida de Lewis Carroll se han tejido.

Mucho antes de publicar sus famosos cuentos para niños, Carroll fue un prolífico fotógrafo, creador de aproximadamente 3.000 imágenes durante sus 25 años de dedicación a la lente. Entre sus retratos se incluye los de Alice Liddell, la niña que le sirvió de inspiración para su famoso libro.
Conservó una gran devoción por ella, aunque hasta su muerte, en 1898, conoció a otras niñas, las fotografió, escribió para ellas y les dedicó sus juegos. En su diario, dejó escrito: "Siempre tengo en el corazón la imagen de Alice, mi primera amiga niña, la que fue mi ideal durante tantos años. Desde entonces, he tenido decenas de amigas niñas, pero con ellas todo ha sido diferente".
Las imágenes infantiles de Lewis Carroll no tienen ninguna espontaneidad: el tímido profesor de matemáticas utilizaba toda clase de trucos y de embelesos para conseguir que las niñas posaran con gestos o expresiones insólitas, reflejo de cómo las veía, cómo las admiraba, cómo las fantaseaba. Por eso empleaba disfraces, quimonos, sombreros, lazos y raros vestidos, como usaba sus fábulas, historias y pasatiempos para seducirlas y conquistarlas. En ocasiones, tenía que inmortalizar a toda la familia para poder, finalmente, obtener el permiso de quedarse a solas con la niña. En realidad, no había por qué desconfiar de él. Su amor por las pequeñas era tan intenso que jamás hubiera permitido que nadie -ni siquiera él- les hiciera el menor daño o las forzara; se trataba de seducirlas para que disfrutaran de sus inmensas habilidades y de toda su ternura.




miércoles, 12 de agosto de 2009

Diane Arbus


Sin duda una de las mejores fotógrafas del siglo XX. Su obra, no te deja indiferente. La descubrí no hace mucho, pero sus fotografías son de esas que se quedan en la retina para siempre.

Diane Arbus nación en Nueva York en 1923 en el seno de una adinerada familia judía.

Criada en un mundo hermético, cuando Diane empieza a poder tomar sus propias decisiones, empieza a descubrir otras realidades.

"No sabía que era judía cuando era una cría.¡No sabía que era desafortunado serlo! Como me crié en una ciudad judía y en una familia judía, y como mi padre era un judío rico y yo iba a un colegio judío, adquirí un firme sentido de irrealidad. Lo único que sentía era mi sensación de irrealidad".
A los 14 años comienza su relación con Allan Arbus, con quien se casa cumplidos los 18 años. En los años cuarenta, el matrimonio se dedica a la fotografía de modas en revistas como Esquire, Vogue y Harper’s Bazaar, trabajo que, aunque les de para vivir, no es lo que ninguno quiere.

De 1955 a 1957, Diane Arbus toma clases con la fotógrafa austríaca Lisette Model, quien ejerce una gran influencia. En esa época, también, se divorcia de Allan.

La década del sesenta fue la más productiva. Recorre los peligrosos barrios de Nueva York para seleccionar a los personajes que retrata, entre los que se encuentran enanos, nudistas y prostitutas.

Influenciada por Model y la película Freaks (La parada de los monstruos o Fenómenos, en castellano) de Tod Browning, Diane Arbus eligió a personas marginales para sus fotografías: gemelos, enfermos mentales, gigantes, familias disfuncionales, fenómenos de circo, etc. Los personajes miraban directamente a la cámara, lo que hace que el flash revele sus defectos. Su intención era producir en el espectador "temor y vergüenza". Fue Pionera del flash de relleno (flash de día).
"Freaks ha sido lo que más he fotografiado. Fue una de las primeras cosas que fotografié y ha sido terriblemente motivador para mí. Simplemente, solía adorarlos. Aún adoro a algunos de ellos. Con esto no quiero decir que sean mis mejores amigos, ellos me han hecho sentir una mezcla de vergüenza, temor y asombro. Existe una especie de leyenda acerca de los/as freaks. Como esa persona que en un cuento de hadas te detiene y te exige que resuelvas un acertijo. La mayoría de la gente se pasa su vida temiendo pasar por una experiencia traumática. Los Freaks nacieron con sus traumas. Ellos ya han pasado su prueba. Son aristócratas.”
La fotografía de Diane representa lo normal como monstruoso: cuando fotografía el dolor, lo encuentra en personas normales. Provoca que la gente presuntamente normal aparezca como anormal. Rompe la composición, sitúa al personaje en el centro. Su mirada siempre es directa, con tensión y fuerza. Para ella no existe el momento decisivo, trabaja en continuo espacio temporal y obliga a los retratados a que sean conscientes de que están siendo retratados. Busca una mirada nueva, pasando del tedio a la fascinación.

Decidió ser una gran artista triste y lo fue, decidió salir a buscar un mundo en la realidad que pareciera fantástico e irreal y lo encontró. Decidió actuar en la vida sin reglas sociales, morales o artísticas; odiaba la máscara que la gente se ponía para parecer ser lo que no eran, intentaba por todos los medios que sus retratados se despojaran de ella, quería mostrarlos tal y como eran. Esto le produjo cierta incomprensión de su obra por parte de la sociedad.
"Hasta que estudié con Lisette, yo soñaba con fotografiar en lugar de hacerlo. Lisette me aconsejó disfrutar cuando fotografiaba, así que comencé a hacerlo, y después aprendí a disfrutar del propio trabajo de fotografiar. También me advirtió que me sentiría culpable por ser mujer...,culpable porque nunca creí que podría llegar a comprender la mecánica de la cámara. Siempre había creído que los pintores sentían la imagen mucho más que un fotógrafo, porque trazaban cada línea sobre un lienzo, y eso me molestaba. Lisette me habló de cuán antigua era la cámara fotográfica y de que la luz imprime una imagen en la capa de plata de la película, al igual que lo hace la memoria."
En 1967 realiza la exposición «New Documents», que la da a conocer al público mayoritario. Continua trabajando para revistas importantes retratando a celebridades como Norman Mailer, Mae West y Jorge Luis Borges.

Diane sufrió durante toda su vida depresiones y crisis emocionales que al final pudieron con ella, se sentía sola y buscaba apoyo desesperadamente, creo que muchos de los que consideraba sus amigos no la tomaron en serio.
"Mamá, mamaíta...¿qué pasó?¿cómo las superaste?" Diane "No lo sé, cariño, le dije, y le pregunté si el psiquiatra la ayudaba; me dijo que no, y después me contó que sus fotos no se vendían y que no tenía suficiente trabajo."
Diane se suicidó en la estación del año que menos le gustaba, el verano, de 1971. Durante el oficio religioso, Avedon murmuró:
“¡Cómo me gustaría ser un artista como Diane!”
Y Frederick Eberstadt le respondió, con otro susurro:
“No, no te gustaría.”
Su hermano Howard Nemerov, escritor y poeta le dedicó el siguiente poema.
Para D-Muerta por su propia mano

Mi querida, me pregunto si antes del fin
pensaste en aquel juego de niños
al que seguramente jugaste, en el que
corres por encima del estrecho muro de un jardín
imaginando que es la cima de una montaña
con insondables precipicios a ambos lados
y cuando sentiste que perdías el equilibrio
saltaste, porque temías caer, y pensaste
sólo por un instante: Es ahora cuando muero.

Eso fue hace una vida. Ahora ya no estás,
te negaste a seguir jugando el juego de los adultos
en el que, manteniendo el equilibrio en la cima que corona la oscuridad
se sigue corriendo sin mirar abajo
y nunca se salta por temor a caer.
Howard Nemerow

Un año más tarde su trabajo es seleccionado para participar en la Bienal de Venecia, siendo la primera fotógrafa estadounidense en ser seleccionada, y el Moma de Nueva York organiza su primera gran retrospectiva.










Quiero fotografiar lo que es maligno.