miércoles, 12 de agosto de 2009

Diane Arbus


Sin duda una de las mejores fotógrafas del siglo XX. Su obra, no te deja indiferente. La descubrí no hace mucho, pero sus fotografías son de esas que se quedan en la retina para siempre.

Diane Arbus nación en Nueva York en 1923 en el seno de una adinerada familia judía.

Criada en un mundo hermético, cuando Diane empieza a poder tomar sus propias decisiones, empieza a descubrir otras realidades.

"No sabía que era judía cuando era una cría.¡No sabía que era desafortunado serlo! Como me crié en una ciudad judía y en una familia judía, y como mi padre era un judío rico y yo iba a un colegio judío, adquirí un firme sentido de irrealidad. Lo único que sentía era mi sensación de irrealidad".
A los 14 años comienza su relación con Allan Arbus, con quien se casa cumplidos los 18 años. En los años cuarenta, el matrimonio se dedica a la fotografía de modas en revistas como Esquire, Vogue y Harper’s Bazaar, trabajo que, aunque les de para vivir, no es lo que ninguno quiere.

De 1955 a 1957, Diane Arbus toma clases con la fotógrafa austríaca Lisette Model, quien ejerce una gran influencia. En esa época, también, se divorcia de Allan.

La década del sesenta fue la más productiva. Recorre los peligrosos barrios de Nueva York para seleccionar a los personajes que retrata, entre los que se encuentran enanos, nudistas y prostitutas.

Influenciada por Model y la película Freaks (La parada de los monstruos o Fenómenos, en castellano) de Tod Browning, Diane Arbus eligió a personas marginales para sus fotografías: gemelos, enfermos mentales, gigantes, familias disfuncionales, fenómenos de circo, etc. Los personajes miraban directamente a la cámara, lo que hace que el flash revele sus defectos. Su intención era producir en el espectador "temor y vergüenza". Fue Pionera del flash de relleno (flash de día).
"Freaks ha sido lo que más he fotografiado. Fue una de las primeras cosas que fotografié y ha sido terriblemente motivador para mí. Simplemente, solía adorarlos. Aún adoro a algunos de ellos. Con esto no quiero decir que sean mis mejores amigos, ellos me han hecho sentir una mezcla de vergüenza, temor y asombro. Existe una especie de leyenda acerca de los/as freaks. Como esa persona que en un cuento de hadas te detiene y te exige que resuelvas un acertijo. La mayoría de la gente se pasa su vida temiendo pasar por una experiencia traumática. Los Freaks nacieron con sus traumas. Ellos ya han pasado su prueba. Son aristócratas.”
La fotografía de Diane representa lo normal como monstruoso: cuando fotografía el dolor, lo encuentra en personas normales. Provoca que la gente presuntamente normal aparezca como anormal. Rompe la composición, sitúa al personaje en el centro. Su mirada siempre es directa, con tensión y fuerza. Para ella no existe el momento decisivo, trabaja en continuo espacio temporal y obliga a los retratados a que sean conscientes de que están siendo retratados. Busca una mirada nueva, pasando del tedio a la fascinación.

Decidió ser una gran artista triste y lo fue, decidió salir a buscar un mundo en la realidad que pareciera fantástico e irreal y lo encontró. Decidió actuar en la vida sin reglas sociales, morales o artísticas; odiaba la máscara que la gente se ponía para parecer ser lo que no eran, intentaba por todos los medios que sus retratados se despojaran de ella, quería mostrarlos tal y como eran. Esto le produjo cierta incomprensión de su obra por parte de la sociedad.
"Hasta que estudié con Lisette, yo soñaba con fotografiar en lugar de hacerlo. Lisette me aconsejó disfrutar cuando fotografiaba, así que comencé a hacerlo, y después aprendí a disfrutar del propio trabajo de fotografiar. También me advirtió que me sentiría culpable por ser mujer...,culpable porque nunca creí que podría llegar a comprender la mecánica de la cámara. Siempre había creído que los pintores sentían la imagen mucho más que un fotógrafo, porque trazaban cada línea sobre un lienzo, y eso me molestaba. Lisette me habló de cuán antigua era la cámara fotográfica y de que la luz imprime una imagen en la capa de plata de la película, al igual que lo hace la memoria."
En 1967 realiza la exposición «New Documents», que la da a conocer al público mayoritario. Continua trabajando para revistas importantes retratando a celebridades como Norman Mailer, Mae West y Jorge Luis Borges.

Diane sufrió durante toda su vida depresiones y crisis emocionales que al final pudieron con ella, se sentía sola y buscaba apoyo desesperadamente, creo que muchos de los que consideraba sus amigos no la tomaron en serio.
"Mamá, mamaíta...¿qué pasó?¿cómo las superaste?" Diane "No lo sé, cariño, le dije, y le pregunté si el psiquiatra la ayudaba; me dijo que no, y después me contó que sus fotos no se vendían y que no tenía suficiente trabajo."
Diane se suicidó en la estación del año que menos le gustaba, el verano, de 1971. Durante el oficio religioso, Avedon murmuró:
“¡Cómo me gustaría ser un artista como Diane!”
Y Frederick Eberstadt le respondió, con otro susurro:
“No, no te gustaría.”
Su hermano Howard Nemerov, escritor y poeta le dedicó el siguiente poema.
Para D-Muerta por su propia mano

Mi querida, me pregunto si antes del fin
pensaste en aquel juego de niños
al que seguramente jugaste, en el que
corres por encima del estrecho muro de un jardín
imaginando que es la cima de una montaña
con insondables precipicios a ambos lados
y cuando sentiste que perdías el equilibrio
saltaste, porque temías caer, y pensaste
sólo por un instante: Es ahora cuando muero.

Eso fue hace una vida. Ahora ya no estás,
te negaste a seguir jugando el juego de los adultos
en el que, manteniendo el equilibrio en la cima que corona la oscuridad
se sigue corriendo sin mirar abajo
y nunca se salta por temor a caer.
Howard Nemerow

Un año más tarde su trabajo es seleccionado para participar en la Bienal de Venecia, siendo la primera fotógrafa estadounidense en ser seleccionada, y el Moma de Nueva York organiza su primera gran retrospectiva.










Quiero fotografiar lo que es maligno.

2 comentarios:

  1. Mortalita la chiquilla... La conocía de nombre, pero no sabía que fotografiara a freaks, o que convirtiera a gente "normal" (si es que la hay) en freaks, por el arte de su oficio.

    ¡Me encanta!

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  2. Me ha encantado la historia, muy buen documento, y hay que leerlo antes de pasar a ver las fotografías...que de verdad dan miedo, horror y tristeza, algo a lo que solo queremos ver en fotografías.

    Pd. Quizá deberíamos renombrar este blog y llamarlos artistas suicidas...vaya rachita...se salvan pocos...

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