Todd Hido

Bueno, ya Manolo ha confirmado que participará activamente en Y todo empezó con Niépce, así que pienso que seguir un orden en nuestra recopilación de fotógrafos, ya sea cronológico, por estilos o cualquier otro concepto, es y será practicamente imposible, por lo que empezaré por mi favorito: Todd Hido, el fotógrafo por excelencia.

Hido nacido en 1968 en Kent (Ohio) es un artista y fotógrafo contemporáneo. Su sentido estético, el gusto impecable por la composición y sus más que idóneas localizaciones, hacen de su trabajo un autético placer visual.

En sus fotografías consigue plasmar los detalles mas comunes de los suburbios urbanos, buscando ambientaciones nocturnas con casas, interiores, paisajes y retratos, para mostrar lo más inusual de lo usual gracias a un maravilloso manejo de la luz. Son, en numerosas ocasiones lugares desolados que a veces fotografía sin a penas salir de su coche.

Sus publicaciones: Roaming, House hounting, Outskirts o Between the two han sido un auténtico éxito. En Roaming, Todd Hido se encuentra muy influenciado por el pictorialismo fotográfico, como declara en el revista on-line See saw: “Hoy en día estoy más inspirado por el primer Stieglitz y otras imágenes pictorialistas. Mi pasión por algunos de los paisajes pintados por Richter han calado en mi obra”. Sus paisajes fotografiados atravesando carreteras secundarias de Estados Unidos en condiciones metereológicas particulares como lluvia, nieve o niebla le dan el carácter pictórico que tanto le gusta buscar. También es conocida y de igual calidad sus trabajos anteriores House hunting o Outkirts donde los nocturnos tienen como protagonistas casas de suburvios e interiores de apartamentos en estado de vacía quietud y soledad contenida de la noche. Between the two es una edición sin duda original en la trayectoria del autor; en ella se incluye un nueva mirada a través del retrato. Un retrato femenino rodeado de un halo de imágenes donde los desnudos o semidesnudos en una primera lectura nos translada a la prostitución real o recreada. La mirada frontal y la localización (moteles bararatos semivacíos) envuelven el lugar en una extraña pero armónica mezcla de sordidez dulce y sosegada.

Para mí es un fotógrafo admirable, que maneja la luz como pocos y que tiene ese don de ver más allá de los objetos, de otorgar vida propia a algo inanimado. Elegante, emocional, sobrio, sensual y sencillamente, brillante.






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